AI in Academic Writing: How to Disclose Assistance Without Risk in 2025

IA en la escritura académica: cómo revelar la asistencia sin riesgo en 2025

Nov 02, 2025Rene Tetzner
⚠ La mayoría de universidades y editoriales prohíben contenido generado por IA y monitorean las tasas de similitud. La redacción, el “parafraseo” o la “corrección de pruebas” por IA se tratan cada vez más como creación de contenido y pueden generar serias preocupaciones sobre la autoría, haciendo que los servicios humanos de corrección de pruebas sean la opción más segura.

Resumen

La asistencia de IA en la escritura académica es ahora imposible de ignorar. Desde el pulido del lenguaje hasta la generación de figuras, los investigadores dependen cada vez más de herramientas de IA. Al mismo tiempo, editoriales y universidades han introducido nuevas políticas que requieren la divulgación explícita del uso de IA, mientras enfatizan que la IA no puede figurar como autor.

Este artículo explica cómo documentar la asistencia de IA en manuscritos conforme a las políticas editoriales emergentes de 2025. Discute qué tipos de uso de IA suelen requerir divulgación, cómo redactar declaraciones de IA en métodos, agradecimientos y carta de presentación, y cómo hacerlo sin socavar sus posibilidades de aceptación. El objetivo es ayudar a los autores a ser transparentes mientras enfatizan que ellos, no la IA, asumen la responsabilidad total del trabajo.

Manejada con cuidado, la IA puede apoyar la claridad, la coherencia y la productividad sin debilitar la credibilidad científica. La documentación clara, la supervisión humana rigurosa y la adhesión a las directrices de la revista son clave para usar herramientas de IA de forma segura en la escritura académica. Al mismo tiempo, los autores deben recordar que la “edición de lenguaje”, “parafraseo” o “corrección de pruebas” realizada por IA es cada vez más vista por los editores como una forma de creación de contenido y, en muchas políticas, está prohibida o permitida solo con divulgación explícita y control humano estricto.

Este artículo incluye ejemplos concisos (al final) que muestran cómo revelar la asistencia de IA de manera responsable bajo las políticas editoriales de 2025. Estas muestras ayudan a los autores a reconocer el uso limitado de IA sin arriesgar malentendidos sobre la autoría o la integridad de la investigación.

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IA en la escritura académica: cómo revelar la asistencia sin riesgos en 2025

En pocos años, las herramientas de IA han pasado de ser marginales en la vida académica a estar en el centro de la práctica investigadora cotidiana. Muchos académicos ahora experimentan con IA para mejorar la gramática, resumir literatura, proponer esquemas o incluso redactar pequeños fragmentos de texto. Al mismo tiempo, editoriales, universidades y financiadores han respondido con nuevas políticas: la IA no puede figurar como autor; el texto e imágenes generados por IA no deben presentarse como puramente humanos; y se debe revelar una participación sustancial de la IA. Un número creciente de políticas va aún más lejos y deja claro que usar IA para “reescribir”, “parafrasear” o “pulir” texto no es una operación trivial o mecánica, sino una forma de creación de contenido que corre el riesgo de difuminar la frontera entre la autoría humana y la producción de la máquina.

Para los autores, esto crea un equilibrio delicado. Ocultar el uso de IA es cada vez más arriesgado, pero sobreenfatizarlo puede generar dudas sobre la originalidad y la autoría. El desafío es documentar la asistencia de IA honestamente, de manera que cumpla con las políticas estilo 2025, y al mismo tiempo asegurar a editores y revisores que el trabajo intelectual permanece firmemente bajo control humano y que el manuscrito no es simplemente un producto de IA disfrazado. El camino más seguro es tratar la IA como una herramienta tentativa para apoyar ideas, no como un escritor fantasma, y reservar la edición y reformulación sustantiva del lenguaje para especialistas humanos en lugar de algoritmos.

1. Por qué la divulgación de IA importa en 2025

En el centro de los requisitos de divulgación de IA yace una preocupación simple: confianza. Editores y revisores deben estar seguros de que la investigación que evalúan se basa en datos genuinos, razonamiento riguroso y autoría responsable. Los modelos de IA no entienden la verdad ni la responsabilidad; generan texto o imágenes plausibles basados en patrones de datos de entrenamiento. Pueden ser útiles para producir oraciones gramaticalmente fluidas, pero no saben si esas oraciones representan correctamente la literatura, los métodos o los resultados.

Si se inserta contenido generado o reescrito por IA en manuscritos sin una supervisión cuidadosa, la integridad del registro académico está en riesgo. Un sistema de IA podría reformular una declaración cautelosa en una que exagera, o podría eliminar silenciosamente limitaciones importantes porque no encajan con sus patrones aprendidos de “buena escritura”. Incluso una “corrección” de IA aparentemente inofensiva puede modificar el énfasis y la matización de argumentos clave. Por eso muchas políticas de 2025 establecen explícitamente que no se debe usar IA para crear o revisar sustancialmente contenido, incluidas transformaciones a nivel de lenguaje, sin divulgación completa y verificación humana.

Las políticas introducidas por editores y sociedades académicas convergen en algunos puntos clave. Los sistemas de IA no pueden ser autores porque no pueden asumir responsabilidad ni responder a consultas. El uso sustantivo de IA en el análisis de datos, generación de texto, producción de figuras o reescritura de lenguaje debe ser reconocido. Se espera que los autores verifiquen cada afirmación, referencia y resultado, independientemente de si se utilizó IA. En otras palabras, la IA puede ser una herramienta, pero nunca un sustituto del juicio académico ni del acto humano de escribir y revisar un argumento científico.

2. ¿Qué Tipos de Uso de IA Deben Ser Divulgados?

No toda interacción incidental con IA requiere un párrafo completo de métodos. Pedirle al sistema una vez que sugiera un sinónimo para una sola palabra, y luego reemplazar la oración completamente con su propia formulación, no altera significativamente el manuscrito. Sin embargo, tan pronto como la IA comienza a moldear la redacción, el flujo o la estructura de sus párrafos de maneras que se conservan en el artículo, la situación cambia. Usar IA para editar secciones completas, generar párrafos borradores, parafrasear grandes fragmentos de texto o “mejorar” el lenguaje de un manuscrito entero es esencialmente pedirle al sistema que realice creación de contenido, incluso si usted aún reconoce las ideas subyacentes como propias.

De manera similar, usar IA para crear figuras, código o resúmenes de grandes colecciones de documentos cruza la línea hacia áreas donde se espera transparencia. Si la herramienta influyó en la redacción, la lógica del argumento, las decisiones de codificación o la representación visual de una manera que otro investigador razonablemente querría conocer, entonces es aconsejable la divulgación. La mayoría de las políticas al estilo 2025 se centran en tres áreas: reformulación del lenguaje, generación de contenido y asistencia relacionada con datos. A medida que el papel de la herramienta pasa de sugerencias triviales de ortografía a reescritura o reestructuración, el caso para una documentación explícita se vuelve más fuerte.

Es crucial reconocer que para muchos editores no hay una distinción clara entre “AI drafting” y “AI proofreading” cuando se permite que la herramienta reformule oraciones o párrafos enteros. Si un sistema de IA genera nuevas secuencias de palabras que terminan en su artículo, ha participado en la creación de contenido. Los autores responsables evitan ese tipo de uso por completo o hacen una declaración clara y honesta al respecto y luego reemplazan activamente o revisan a fondo esa producción en borradores posteriores.

3. Temas Típicos en las Políticas de Editoriales de 2025

Aunque la redacción exacta varía según la revista y el campo, las políticas actuales tienden a enfatizar varios temas recurrentes. El primero es el punto innegociable de que los sistemas de IA no pueden cumplir con los criterios de autoría. No diseñan estudios, no aprueban versiones finales ni aceptan responsabilidad por el trabajo. No pueden responder a las preguntas de los lectores ni corregir el registro si se descubren errores. Por esa razón, no está permitido listar una herramienta de IA como coautor, y confiar en ella para generar partes sustanciales del texto sin supervisión se considera un incumplimiento de la responsabilidad de autoría.

El segundo tema es el requisito de que los autores deben asegurarse de que la salida de la IA sea revisada cuidadosamente para verificar su precisión, sesgo y originalidad. Las revistas han visto casos en los que pasajes generados por IA contienen afirmaciones factualmente incorrectas, referencias inventadas o mezclas de ideas que ningún académico humano responsable respaldaría. Incluso cuando los autores piden a la IA que "solo edite el lenguaje", el sistema puede introducir cambios sutiles en el contenido—alterando afirmaciones, eliminando calificadores o remezclando oraciones de sus datos de entrenamiento. Precisamente por eso muchas políticas editoriales ahora enfatizan que la IA no debe usarse para transformaciones que vayan más allá de las comprobaciones básicas de ortografía, y que cualquier uso de este tipo debe divulgarse y controlarse estrictamente.

El tercer tema es una preocupación creciente sobre referencias fabricadas, figuras alteradas y datos sintéticos. Los editores saben que la IA puede fabricar citas que parecen realistas, puede limpiar y mejorar imágenes de maneras que eliminan imperfecciones importantes y puede generar conjuntos de datos completamente sintéticos. Divulgar el uso de IA es en parte una forma de señalar que comprende estos riesgos y ha tomado medidas para protegerse contra ellos. También es una forma de asegurar a la revista que, cuando la IA estuvo involucrada, no realizó tareas prohibidas, como generar texto en lugar de la propia redacción del autor o "corregir" secciones de manera que efectivamente las reescriba.

4. Dónde documentar la asistencia de IA en su manuscrito

Una vez que decida que la divulgación es apropiada, la siguiente pregunta es dónde colocarla. En la mayoría de los casos, una declaración breve en uno o más de los siguientes lugares funciona bien: la sección de métodos, los agradecimientos, la sección de declaraciones (si la revista tiene una) y, ocasionalmente, la carta de presentación. La elección del lugar depende del papel que desempeñó la IA.

Si se utilizó IA en el procesamiento de datos, codificación, minería de texto o generación de figuras, la sección de métodos suele ser el lugar adecuado para describirlo. Trate el sistema de IA como cualquier otro software o técnica analítica: nómbrelo, describa brevemente lo que hizo y explique cómo verificó sus resultados. Si se usó IA para sugerencias de lenguaje, muchos editores prefieren que esto se mencione en los agradecimientos en lugar de en los métodos, porque no cambia el método científico subyacente. Sin embargo, debe tener cuidado de no minimizar el grado de participación de la IA. Si la IA hizo más que señalar errores ortográficos—si reescribió oraciones o párrafos enteros—eso probablemente vaya más allá de lo que las políticas consideran una "corrección de lenguaje" aceptable y debe describirse francamente como asistencia a nivel de contenido o, preferiblemente, eliminarse y reemplazarse con su propia redacción.

Algunas revistas ahora proporcionan campos específicos en sus sistemas de envío donde puedes responder preguntas sobre el uso de IA. Estos deben completarse de manera honesta y consistente. Si el sistema pregunta si alguna parte del texto fue generada por IA, y previamente usaste IA para parafrasear secciones, la respuesta segura y éticamente correcta no es “no”. En cambio, deberías explicar que la IA se usó en una etapa anterior, que ahora has reescrito los pasajes afectados y que la versión actual está completamente escrita y verificada por humanos.

5. Ejemplos de Redacción que No Perjudican las Posibilidades de Aceptación

Muchos autores temen que mencionar la IA provoque rechazo. En la práctica, los editores están mucho más preocupados por el uso no divulgado que por la asistencia limitada y descrita transparentemente. La clave es presentar la IA como una herramienta que dirigiste y corregiste, no como un motor que escribió tu artículo. También es prudente evitar normalizar la reescritura por IA como si fuera lo mismo que trabajar con un editor humano de idioma. Las dos situaciones son éticamente distintas en la mayoría de las políticas, porque un editor humano es responsable de maneras que un sistema de IA no lo es.

En los agradecimientos, una declaración responsable y de bajo riesgo podría decir que durante la preparación del manuscrito usaste herramientas asistidas por IA para resaltar posibles problemas gramaticales o para sugerir frases alternativas, pero que todo el texto presente en la versión final fue escrito, revisado y revisado por los autores. Es importante no afirmar que la IA simplemente “pulió” tu texto si, en realidad, grandes porciones fueron generadas o reformuladas por el sistema y luego aceptadas con solo ediciones menores. En tales casos, la solución correcta es reescribir esas secciones tú mismo para que el texto restante pueda presentarse honestamente como propio.

Cuando la IA apoyó el procesamiento de datos o la codificación, podrías describirlo en los métodos como la provisión de agrupamientos preliminares de textos o sugerencias iniciales para configuraciones de parámetros, seguidas de revisión manual y confirmación usando herramientas aceptadas no basadas en IA. El enfoque siempre debe estar en las decisiones humanas que moldearon el análisis. Si la IA produjo código que adoptaste, deberías indicar que inspeccionaste, probaste y, si fue necesario, modificaste ese código antes de usarlo para cualquier resultado reportado.

En una carta de presentación, si los campos de divulgación son limitados, una sola frase clara puede ser suficiente. Podrías confirmar que ninguna parte del manuscrito quedó en un estado generado autónomamente por sistemas de IA, que evitaste usar IA para reescrituras completas o corrección de secciones y que cualquier asistencia limitada de IA en borradores iniciales fue eliminada o reemplazada completamente por texto escrito por humanos antes de la presentación.

6. Documentando Diferentes Tipos de Asistencia de IA

Como no toda participación de la IA es igual, ayuda describir brevemente qué tipo de asistencia se proporcionó. El apoyo a nivel de lenguaje proporcionado por un editor humano, como correcciones de gramática o mejoras en la estructura de las oraciones, normalmente se considera aceptable, siempre que se reconozca y no altere la sustancia de los argumentos. En contraste, las transformaciones a nivel de lenguaje realizadas por IA—reescribir oraciones, cambiar el estilo, parafrasear secciones enteras—son cada vez más tratadas como creación de contenido por los editores, porque una máquina, en lugar de un humano responsable, está generando las cadenas reales de palabras que aparecen en el documento.

Si ha usado IA para ayudar solo con el lenguaje en las etapas muy tempranas, una estrategia segura es tratar ese borrador inicial como un andamiaje y luego reescribir todas las secciones clave usted mismo, con la redacción asistida por IA sirviendo solo como una ayuda temporal para aclarar sus propios pensamientos. En ese escenario, una vez que haya reescrito completamente el texto, la contribución de la IA se habrá eliminado efectivamente, y puede que quede poco por divulgar. Sin embargo, si planea mantener oraciones reformuladas por IA en el manuscrito final, debe asumir que esto se considerará una participación sustantiva de la IA, que debe describirse y puede entrar en conflicto con la prohibición de algunas revistas sobre la edición de lenguaje por IA.

El apoyo a nivel de contenido, como resumir un gran cuerpo de literatura, sugerir esquemas o generar párrafos de ejemplo, siempre conlleva más riesgo. Incluso si posteriormente revisa esos resultados, puede ser difícil asegurar que no queden referencias fabricadas o resúmenes distorsionados. Por esta razón, muchos autores ahora limitan el papel de la IA a la lluvia de ideas a distancia—quizás haciendo preguntas generales sobre posibles diseños de investigación o sobre estructuras típicas para tipos particulares de artículos—en lugar de introducir su propio texto en un sistema para reescribir.

7. Equilibrando la Transparencia y la Percepción

Los autores a veces dudan en mencionar la IA porque temen que los revisores asuman que el manuscrito es menos original o está menos cuidadosamente escrito. Al mismo tiempo, muchos revisores y editores están profundamente preocupados de que los autores puedan estar usando IA extensamente sin reconocimiento. Una divulgación clara y concisa puede en realidad fortalecer la credibilidad porque demuestra que usted toma el tema en serio, que entiende los límites de las herramientas de IA y que está dispuesto a respaldar su propia escritura.

Las divulgaciones más tranquilizadoras enfatizan que el papel de la IA fue limitado y claramente definido, que todas las decisiones científicas e interpretativas fueron tomadas por los autores y que cada oración ha sido revisada críticamente por un humano responsable de su contenido. Normalmente no es necesario indicar qué versión de qué modelo se usó a menos que la herramienta haya desempeñado un papel analítico central. Sin embargo, si la revista hace preguntas específicas sobre la herramienta, o si el papel de la IA fue más allá de una asistencia trivial, debe responder con precisión en lugar de minimizar.

También es importante reconocer que algunos usos de la IA serán inaceptables para ciertas revistas, independientemente de cuán honestamente los describas. Muchos editores ahora declaran explícitamente que usar IA para “pulir” o “corregir” manuscritos no está permitido, porque eso implica que el modelo genere oraciones alternativas en lugar de las que escribiste. En ese sentido, incluso la edición lingüística con IA no es simplemente un servicio neutral sino un acto de creación de contenido. Si deseas la seguridad de evitar tales conflictos, el enfoque más seguro es confiar en editores y correctores humanos, quienes pueden ser nombrados y están sujetos a la ética profesional.

8. Buen mantenimiento de registros y documentación interna

Incluso si una revista solo requiere una breve divulgación, es prudente mantener registros internos más detallados. Mantener un registro simple de cómo y cuándo se usaron las herramientas de IA puede protegerte si surgen preguntas más adelante. Podrías anotar inmediatamente después de una sesión de escritura que probaste un asistente de IA en un párrafo en particular pero luego descartaste esa versión, o que generaste un resumen corto con IA pero decidiste no incorporarlo en el manuscrito. Si aceptas alguna redacción sugerida por IA, debes registrar dónde aparece y cómo la has verificado.

Estos registros no necesitan ser elaborados o formales. Pueden tomar la forma de breves anotaciones en un cuaderno de laboratorio, un archivo de texto adjunto a la carpeta de tu proyecto o comentarios cortos en tus documentos compartidos con coautores. El objetivo es crear un rastro de tu toma de decisiones para que, si un editor, revisor o comité institucional pregunta más tarde cómo se involucró la IA, puedas responder con evidencia escrita en lugar de solo con la memoria. La documentación también es un reflejo de tu propia práctica. Si te resistes a anotar la extensión de la edición con IA porque parecería excesivo, eso es una señal de que el modelo está haciendo demasiada parte de la redacción y que tu dependencia de él puede ya no ser consistente con las normas emergentes.

9. Prácticas que aumentan el riesgo y deben evitarse

Junto con la orientación sobre qué hacer, es útil ser explícito sobre qué evitar. Presentar grandes bloques de texto generado por IA como propios, sin verificación o revisión, es peligroso tanto por razones éticas como prácticas. Dicho texto puede contener errores fácticos, referencias inventadas, terminología inconsistente o copias no reconocidas de datos de entrenamiento. Incluso cuando parece pulido, no es un sustituto confiable de la erudición genuina. Las revistas están introduciendo herramientas de detección precisamente porque han visto tales problemas en manuscritos enviados.

Usar IA para reescribir o parafrasear toda tu revisión bibliográfica es otra práctica de alto riesgo. Incluso si las ideas permanecen ampliamente precisas, el texto resultante no es tu escritura en ningún sentido significativo. Según muchas políticas, se convierte en contenido creado por IA que no puede simplemente ser "aprobado" por el autor después del hecho. De manera similar, generar respuestas de encuestas, transcripciones de entrevistas o datos numéricos mediante IA sin un marco metodológico claro y sin divulgación completa entra en conflicto con los principios básicos de integridad de la investigación. Estas prácticas socavan la confianza en los hallazgos y pueden tener consecuencias graves para los autores si se descubren.

Un riesgo particularmente sutil surge cuando los autores tratan la edición de lenguaje por IA como equivalente a un corrector humano. Aunque las palabras "edición" y "corrección" pueden ser familiares, cuando las realiza un sistema de IA, ya no son correcciones superficiales menores sino actos de generación de texto. Un corrector humano trabaja sobre la base de tus oraciones existentes, sugiere cambios y sigue siendo responsable de sus acciones. Un corrector de IA, en cambio, genera nuevas oraciones a partir de patrones estadísticos, sin comprensión, sin responsabilidad y sin garantía de que el resultado esté libre de sesgos ocultos o fragmentos copiados. Por esta razón, muchas políticas de revistas ahora agrupan la "edición" y "reformulación" por IA bajo formas prohibidas de creación de contenido. Por lo tanto, los autores que quieran una mejora segura del lenguaje deberían preferir la edición y corrección humana sobre la reescritura algorítmica.

10. Cómo la Divulgación de IA se Integra en la Integridad de la Investigación de Forma Más Amplia

El debate sobre documentar la asistencia de la IA es en última instancia parte de una conversación más amplia sobre la integridad de la investigación. Así como esperamos un informe claro de los métodos, un manejo transparente de los datos y un reconocimiento honesto de las limitaciones, ahora necesitamos ser transparentes sobre nuestras herramientas. El objetivo no es criminalizar cada uso de la automatización, sino asegurar que el registro científico refleje con precisión cómo se produjo el conocimiento.

La IA no es inherentemente poco ética. Se vuelve problemática cuando oculta quién hizo qué, cuando se usa para acortar la lectura, el pensamiento o el análisis, o cuando reemplaza el acto de escribir con el acto de solicitar. Si los autores comienzan a depender de la IA para generar o "limpiar" grandes porciones de sus manuscritos, el límite entre la verdadera erudición y la simulación estilística se vuelve borroso. La divulgación es una forma de proteger ese límite. Otra es elegir deliberadamente mantener la IA a distancia de tareas centrales como redactar y revisar, y en su lugar recurrir al apoyo humano cuando sea necesario.

Visto de esta manera, la divulgación de la IA es menos una confesión de una práctica cuestionable y más una participación en una cultura de apertura. Así como divulgamos fuentes de financiamiento y conflictos de interés, ahora divulgamos la asistencia tecnológica que de otro modo podría ser invisible. Hecha de manera calmada y clara, dicha divulgación debería convertirse en una parte rutinaria y normal de la escritura académica en lugar de un estigma. Con el tiempo, la comunidad desarrollará un sentido más matizado de cuándo el uso de la IA es inofensivo, cuándo es útil y cuándo cruza líneas que comprometen la integridad.

Conclusión: Usar la IA de manera transparente sin socavar su trabajo

A medida que las políticas editoriales para 2025 continúan evolucionando, los autores responsables necesitan una forma práctica de integrar herramientas de IA en su escritura sin dañar la confianza. La solución no es desterrar la IA del proceso por completo, ni ceder la autoría a algoritmos, sino tratar a la IA como un asistente usado con precaución cuyas contribuciones se reconocen abiertamente y se verifican cuidadosamente. Eso significa resistir la tentación de dejar que la IA "arregle" su prosa reescribiéndola, reconociendo que tal reescritura es creación de contenido a los ojos de muchas revistas, y en su lugar recurrir a editores humanos cuando su lenguaje necesite una mejora sustancial.

Al describir brevemente la participación de la IA en los métodos o agradecimientos cuando es genuinamente limitada, mantener registros internos de cómo se usaron las herramientas y enfatizar la responsabilidad humana sobre todo el contenido sustantivo, puede cumplir con las expectativas actuales sin debilitar sus posibilidades de aceptación. Los editores y revisores buscan en última instancia rigor, claridad y honestidad. La divulgación transparente de la IA es cada vez más parte de demostrar esas cualidades, mientras que evitar la reescritura o corrección por IA en el texto final protege tanto su autoría como la integridad del registro académico.

Para los investigadores que desean asegurarse de que sus manuscritos cumplan con altos estándares de claridad e integridad, mientras evitan los riesgos asociados con texto generado o parafraseado por IA, nuestros servicios de reescritura humana, edición de artículos de revista y servicios de corrección académica ofrecen la experiencia humana que complementa, en lugar de reemplazar, el uso responsable de herramientas digitales. Los editores humanos pueden mejorar la gramática, el estilo y la estructura mientras preservan su voz y aseguran que lo que aparece bajo su nombre sea, en un sentido significativo, escrito por usted.

📝 Textos de ejemplo: Cómo divulgar la asistencia de IA (Click to expand)

Ejemplo 1 – Agradecimientos: Uso temprano y limitado de IA completamente reemplazado

Durante las primeras etapas de redacción de este manuscrito, los autores experimentaron brevemente con una herramienta de lenguaje basada en IA para resaltar posibles problemas gramaticales en un pequeño número de oraciones. Todo el texto que apareció en esas primeras versiones asistidas por IA fue posteriormente descartado o completamente reescrito por los autores, y no queda ninguna redacción generada o reescrita por IA en el manuscrito actual. Toda la redacción, interpretaciones y conclusiones en esta versión han sido escritas, revisadas y aprobadas únicamente por los autores humanos.

Ejemplo 2 – Métodos/Declaraciones: Asistencia de IA para la exploración preliminar de datos

Se utilizó una herramienta basada en IA solo para la exploración preliminar del conjunto de datos textuales (por ejemplo, para obtener una agrupación inicial no supervisada de documentos). Estos resultados exploratorios se trataron como diagnósticos informales y no se usaron directamente para ningún resultado reportado en este artículo. Todos los análisis que sustentan los hallazgos fueron especificados, ejecutados y verificados por los autores utilizando software establecido, no generativo, y todos los procedimientos estadísticos e interpretaciones cualitativas fueron realizados y verificados por los autores humanos. No se utilizó ningún sistema de IA para generar, reescribir o "corregir" ninguna parte del texto del manuscrito.

Ejemplo 3 – Carta de presentación o declaraciones: Divulgación general de IA y límites explícitos

De acuerdo con la política de la revista sobre inteligencia artificial, confirmamos que ninguna sección de este manuscrito ha sido redactada, reescrita o "corregida" por herramientas de IA generativa. Los autores no utilizaron sistemas de IA para crear o parafrasear el texto, y no se ha incorporado ninguna redacción generada por IA en la versión enviada. Cualquier verificación automatizada menor se limitó a funciones estándar, no generativas, de ortografía y gramática integradas en nuestro software de procesamiento de texto. Todo el contenido intelectual, toda la redacción y todas las revisiones reflejan el trabajo de los autores humanos, quienes asumen plena responsabilidad por la precisión, originalidad e integridad del manuscrito.



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