Resumen
El inglés británico y el inglés americano difieren en ortografía, vocabulario y frases, y estas diferencias pueden crear problemas para los académicos que preparan trabajos para publicación. Las revistas a menudo especifican una variedad preferida de inglés, y los autores deben seguirla de manera consistente a lo largo de un manuscrito.
Este artículo examina las distinciones de vocabulario y frases entre estas dos principales variedades de inglés, explica por qué la consistencia es esencial en la escritura académica y ofrece una guía detallada sobre cómo elegir terminología que sea clara para un público internacional. También discute estrategias para adaptar términos ambiguos o poco familiares para mantener la precisión, legibilidad y exactitud profesional.
Comprender estas distinciones ayuda a los investigadores a producir manuscritos que cumplan con las expectativas de las revistas, eviten inconsistencias lingüísticas y comuniquen eficazmente a través de comunidades académicas globales.
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Inglés británico vs inglés americano: diferencias clave para escritores académicos
El inglés es el idioma dominante de la erudición global, pero el inglés usado en la escritura académica y científica no es uniforme. Las dos variedades más reconocidas—inglés británico y inglés americano—comparten un marco gramatical básico pero difieren en numerosos aspectos de ortografía, vocabulario, frases y uso. Para los autores que preparan manuscritos para publicación, estas diferencias importan. Las revistas a menudo especifican qué variedad requieren, y aun cuando no lo hacen, la inconsistencia dentro de un manuscrito puede causar confusión, parecer descuido o incluso rechazo editorial.
El desafío no solo radica en elegir una versión sino también en aplicarla consistentemente. Muchos académicos, incluidos hablantes nativos, mezclan características de ambas variedades sin querer. Esta mezcla rara vez es aceptable en la escritura académica formal. Por lo tanto, entender las distinciones entre el inglés británico y americano se vuelve una parte importante para preparar un manuscrito pulido y profesional.
Esta guía extendida explora las diferencias de vocabulario y frases que afectan con mayor frecuencia a los autores académicos. Explica por qué la consistencia es crítica, proporciona comparaciones detalladas y ofrece orientación sobre la selección de términos que serán comprendidos por un público internacional. El objetivo no es promover una variedad sobre la otra, sino capacitar a los autores para usar la forma que elijan—o que se les requiera usar—con claridad, precisión y confianza.
1. Por qué importa la consistencia en la ortografía
La mayoría de los académicos conocen las diferencias básicas de ortografía como colour (británico) frente a color (americano). Estas son algunas de las distinciones más visibles y aparecen con suficiente frecuencia para que los autores usualmente recuerden la forma correcta una vez que saben qué variedad prefiere la revista. Sin embargo, las diferencias ortográficas van mucho más allá de estos ejemplos obvios y pueden ser sorprendentemente extensas.
Las palabras que terminan en –our en inglés británico típicamente aparecen como –or en inglés americano: colour/color, favour/favor, behaviour/behavior. Los verbos que terminan en –re en inglés británico a menudo se vuelven –er en inglés americano, como centre/center y metre/meter. El inglés británico tiende a preservar formas más antiguas como programme, mientras que el inglés americano simplifica a program excepto en contextos específicos (por ejemplo, “programme” se mantiene en ingeniería de software en algunas instituciones británicas).
Un área particularmente confusa es el uso de –ise versus –ize. El inglés americano casi siempre usa –ize (por ejemplo, organize, prioritize), mientras que el inglés británico permite tanto –ise como –ize. Aunque las ortografías con –ize son históricamente británicas, muchos editores del Reino Unido prefieren hoy –ise. Por lo tanto, los autores deben verificar las preferencias de cada revista. Cuando las directrices no especifican, la consistencia sigue siendo la prioridad principal; no cambie entre analyse y analyze dentro del mismo manuscrito.
Otra área que sorprende a muchos autores es la divergencia entre el británico plough y el americano plow. Tales distinciones pueden parecer raras, pero la escritura académica a menudo utiliza vocabulario histórico, agrícola o técnico donde estas formas aparecen. Familiarizarse con estos patrones ayuda a evitar mezclas accidentales.
2. Las diferencias de vocabulario afectan el significado académico
La ortografía es solo un aspecto de la variación entre el inglés británico y americano. Las diferencias de vocabulario pueden tener un impacto directo en el significado, el tono y la comprensión del lector. Estas diferencias ocurren en términos cotidianos, vocabulario especializado e incluso frases técnicas usadas dentro de disciplinas particulares.
Por ejemplo, el inglés británico usa mobile para referirse a un teléfono portátil, mientras que el inglés americano usa cell o cell phone. Aunque ambos términos se entienden ampliamente hoy en día, persisten preferencias culturales sutiles. De manera similar, los británicos viajan en aeroplane, mientras que los americanos viajan en airplane. Un estudiante británico puede hire un coche, mientras que un estudiante americano lo rent. Al hablar de combustible, los autores británicos se refieren a petrol, mientras que los americanos casi siempre dicen gas o gasoline.
Los contextos académicos revelan contrastes adicionales. Las universidades británicas se refieren a first-year students, mientras que las instituciones americanas comúnmente usan el término freshmen. Un estudiante británico podría decir “I have got my degree,” mientras que un estudiante americano es más probable que diga “I have gotten my degree.” Incluso la cuantificación difiere: per cent en inglés británico se convierte en percent en inglés americano.
Aunque estas diferencias a veces parecen pequeñas, importan en la escritura académica porque la terminología a menudo tiene peso formal. Un manuscrito puede parecer inconsistente o estilísticamente desigual si mezcla términos de ambas variedades. Por ejemplo, usar gotten en un manuscrito mayormente británico puede parecer discordante, mientras que usar per cent en un texto predominantemente americano puede crear una inconsistencia innecesaria.
3. Frases y convenciones gramaticales
Más allá del vocabulario, el inglés británico y americano divergen en varias expresiones idiomáticas, elecciones preposicionales y tendencias estilísticas. Estas diferencias a menudo se revelan sutilmente, haciéndolas más difíciles de identificar pero no menos importantes.
Un ejemplo bien conocido es el contraste entre different from (británico) y different than (americano). Ambas formas son ampliamente reconocidas, pero los autores deben alinear sus frases con la variedad elegida. Otras diferencias incluyen preferencias por los sustantivos colectivos. El inglés británico a menudo trata los sustantivos colectivos como plurales—“The team are preparing their report”—mientras que el inglés americano típicamente los trata como singulares—“The team is preparing its report.”
También hay variaciones en los participios pasados. El inglés británico usa frecuentemente learnt y dreamt, mientras que el inglés americano estandariza estos como learned y dreamed. El inglés británico prefiere lit como pasado de “light,” mientras que el inglés americano permite tanto lit como lighted según el contexto.
Estos patrones influyen no solo en la estructura de la oración sino también en el tono. A veces la versión británica se siente marginalmente más formal, mientras que la americana se siente más directa. En la prosa académica, la preferencia depende de las instrucciones de la revista y, cuando no se especifica, del compromiso del autor con la consistencia.
4. Elegir términos que lleguen a una audiencia internacional
Con la globalización de la erudición, los autores académicos deben considerar no solo si el inglés británico o americano es apropiado, sino también si términos particulares serán entendidos por un público internacional. Cuando el vocabulario difiere sustancialmente, la claridad debe prevalecer sobre la preferencia regional estricta.
Por ejemplo, usar mobile phone puede evitar confusión entre “mobile” y “cell.” Asimismo, proporcionar una explicación entre paréntesis la primera vez que aparece un término específico de una región—como “petrol (combustible conocido como ‘gas’ en EE. UU.)”—ayuda a prevenir malentendidos. Este enfoque es particularmente importante en trabajos interdisciplinarios, donde los lectores pueden provenir de contextos lingüísticos y culturales muy diferentes.
Muchas revistas fomentan la claridad sobre la conformidad regional estricta. Algunas incluso prefieren vocabulario internacionalmente neutral. Al revisar escritos antiguos para publicación, los autores deberían revisar términos específicos de la región para determinar si alternativas neutrales podrían ser más accesibles.
5. Evitar la mezcla inconsistente de variedades
Uno de los problemas más comunes en los manuscritos es la inconsistencia. Un autor puede usar colour en un capítulo y color en otro, o mezclar centre con meter o alternar entre “first-year student” y “freshman.” Incluso pequeñas inconsistencias pueden distraer a los revisores y generar dudas sobre la exhaustividad del proceso de revisión.
Esto es especialmente problemático cuando la inconsistencia lingüística socava la claridad de la investigación. El vocabulario inconsistente puede confundir a los lectores sobre si un término se usa técnicamente o informalmente. Las frases inconsistentes pueden crear incertidumbre sobre si el manuscrito sigue convenciones británicas o americanas. Las revistas a menudo devuelven manuscritos solo por esta razón, incluso si la investigación es sólida.
Antes de la presentación, los autores deberían corregir cuidadosamente su trabajo—o trabajar con un corrector profesional—para asegurar la adhesión completa a una sola variante del inglés y eliminar mezclas inadvertidas.
6. Revisar textos antiguos para nuevos destinos
Muchos investigadores reutilizan escritos antiguos, como artículos no publicados, capítulos de tesis o ponencias de conferencias, para nuevas oportunidades de publicación. Al hacerlo, los autores deben asegurarse de que la variedad lingüística usada en el texto original se alinee con las expectativas de la revista o plataforma objetivo. Una tesis escrita en inglés británico puede requerir una revisión sustancial antes de ser enviada a una publicación con sede en EE. UU., y viceversa.
Esta revisión va más allá de los cambios ortográficos. El vocabulario, las frases, el formato y el tono también pueden requerir actualizaciones. Los autores que revisan trabajos antiguos a menudo descubren inconsistencias que no se notaron en el momento de la escritura pero que se vuelven más visibles al adaptar el texto para publicación. Hacer estos ajustes cuidadosamente mejora tanto la claridad como la credibilidad.
7. Trabajar con correctores para asegurar la consistencia
Dado que las distinciones entre el inglés británico y americano son extensas y a veces sutiles, muchos autores encuentran beneficioso trabajar con un corrector profesional. Un corrector especialista en la materia puede asegurar que el uso del lenguaje se mantenga consistente a lo largo de un manuscrito largo, que los términos técnicos se ajusten a las expectativas de la disciplina y que las frases apoyen la claridad y precisión.
La corrección profesional es especialmente útil para autores multilingües o aquellos que han estudiado en un país de habla inglesa pero ahora publican en otro. Un corrector ayuda a eliminar la mezcla inconsciente de variedades y asegura que el manuscrito final cumpla con los estándares internacionales de publicación.
Reflexiones finales
La coexistencia del inglés británico y americano enriquece el idioma pero también plantea desafíos para los autores académicos y científicos. Entender las diferencias—y usar una variedad consistentemente—mejora la claridad, protege la credibilidad académica y alinea su escritura con las expectativas de revistas y editoriales.
Ya sea que elija escribir en inglés británico o americano, la clave es la precisión. Revise cuidadosamente las elecciones de vocabulario, controle sus frases, revise términos específicos de la región cuando la claridad lo requiera y asegúrese de que las convenciones ortográficas coincidan con las directrices de su publicación objetivo. Hacerlo fortalece su manuscrito, mejora la legibilidad y apoya la comunicación exitosa con audiencias internacionales.
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